"Baraka", Clifford Geertz y la problemática de la existencia humana (página 2)
La misma se expresa en símbolos, ya que es un
esquema de mecanismos de control extragenéticos. Esta
antropología considera al hombre como el animal que
más depende de los símbolos que el mismo ha
creado.
Geertz afirma que el hombre es un "animal inconcluso"
que se termina de crear por la acción de la cultura,
más específicamente una forma particular de ella.
El hombre carece de un "instinto natural", es decir, no posee
mecanismos de control genéticos suficientes, que ordenen
su accionar hacia la satisfacción de las
necesidades.
Los demás animales tienen un instinto que regula
su comportamiento en cuanto a pautas de alimentación,
agrupamiento social, preservación de la especie; es decir,
lo que deben hacer para satisfacer necesidades vitales. En
cambio, los hombres tienen una problemática existencial
inherente a ellos mismos, vienen al mundo sin un esquema
predefinido en su constitución genética que les
permita tener un marco para la acción y a la vez la
posibilidad de crear conocimiento. Por eso, se crea a sí
mismo a medida que adquiere los símbolos
significativos.
La cultura acciona en el hombre, no solo posibilitando
que su vida transcurra en un cierto orden, sino también
condicionando su hacer. Las facultades que el hombre adquiere a
partir de los símbolos son reducidas según lo que
su cultura puede brindar.
En "Baraka", la religión y el arte son ejes para
mostrar esta perspectiva; la selección de imágenes
y de música muestra cómo las manifestaciones
humanas van adoptando diferentes formas de acuerdo a la cultura.
La manera de presentar al hombre que tiene el director
está de acuerdo con lo planteado por Geertz, porque pone
el acento en las particularidades de cada cultura. Las escenas en
distintos lugares del mundo y los sonidos variados, ilustran o
reflejan de alguna manera la teoría de que no hay
principios universales que puedan definir una naturaleza humana.
La característica común y constante en la humanidad
es que vivimos en una cultura específica.
Enmarcándonos en la idea de hombre de la
Ilustración, podemos citar la célebre frase "el
hombre es un animal racional". Aquí, la
característica esencial que distingue al hombre es la
capacidad de razonamiento. No es de extrañar que la
Ilustración haya sido una época en la que se
absolutizó la razón. Esta visión del mundo
pone al hombre en el centro de su universo. Y a partir de ello,
surge la idea de que es posible explicarlo todo por medio de la
razón. En nuestra opinión, una concepción
como esta da lugar a que se pretenda justificar, utilizando
demostraciones lógicas, ideas horrorosas como la del
nazismo. Esta ideología tiene como fundamento una
concepción de hombre ontológica: establece que
existe una esencia humana cuyas características se
encuentran en un estado más puro en los arios de pueblos
nórdicos y germánicos. Esto llevó a
proclamar la superioridad de estos grupos, con lo cual
justificaron el exterminio de los que estaban "desviados" de esta
esencia. En la película observamos duras imágenes
sobre el Holocausto. El hombre provocando muerte al
hombre.
La concepción del hombre de la Ilustración
es criticada por Geertz. En realidad, la racionalidad del hombre
es algo específico que se puede alcanzar mediante la
cultura. No hay un solo tipo de pensamiento humano, la
"racionalidad" de la Ilustración es la forma particular
que adoptó la cultura en esa sociedad, en un momento
histórico determinado. "Baraka" muestra la diversidad del
accionar del hombre; se puede apreciar que es capaz de cometer
aberraciones semejantes al Holocausto, pero también de
crear belleza y obras magníficas.
II
Clifford Geertz considera la religión
como:
"…Un sistema de símbolos que obra para
(…) establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados
anímicos y motivaciones en los hombres (…) formulando
concepciones de un orden general de existencia (…) y
revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad que
(…) los estados anímicos y motivaciones parezcan de un
realismo único…" (4)
La religión se le presenta al hombre como una
fuente de interpretaciones del mundo y patrones de acción.
El hombre necesita de ella, porque es un ser que no tolera el
caos, es decir, aquel punto en el que sus símbolos ya no
permiten explicar un mundo inhóspito que lo angustia. En
primer lugar, cuando el hombre llega a un punto límite de
su capacidad analítica, comienza a sentir que vive en un
mundo absurdo. La religión le provee sentidos a ese mundo,
con tal efectividad que logra calmar el desasosiego. El otro
punto es el límite de la fuerza de resistencia del hombre,
que se ve doblegada al padecer los sufrimientos que no parecen
tener una razón lógica, y que son difíciles
de enfrentar. Por último, está el problema del mal
y la injusticia. El hombre observa que hay una discrepancia entre
su sistema ético y lo que realmente sucede, lo que puede
hacerlo llegar al límite de su visión moral. Este
punto se asocia directamente al anterior. Cuando el padecimiento
es demasiado insoportable, se comienza a pensar que es
inmerecido, por lo tanto, una situación
injusta.
La religión afirma lo inexorable del sufrimiento,
pero a la vez, le da un sentido, que hace que el hombre lo pueda
soportar. Cuando estas penurias del hombre adquieren un
significado, se pasa al plano del simbolismo religioso donde se
niega cualquiera de estas irracionalidades del mundo
cotidiano.
El hombre busca la trascendencia cuando se acerca a los
puntos límite de su capacidad. Una vez que el hombre llega
a esos puntos, se encuentra en un momento de religiosidad porque
asigna nuevos significados a lo que ya conocía y
éstos son de carácter religioso. Si bien todos los
hombres atraviesan estos momentos, algunos lo canalizan en la
religión como institución social.
En "Baraka", se puede ver como en una zona rural de la
India, un grupo de personas muy pobres busca alimento en un
vertedero de basura a cielo abierto. Alrededor de la gente hay
vacas. Para los hindúes este animal es un símbolo
sagrado, porque de él se obtienen los cinco ingredientes,
llamados pancha-gavya, de una preparación sagrada que
sirve de ofrenda a las imágenes de culto: leche, manteca,
yogur, orina y estiércol. Se ve claramente lo que Geertz
afirma: cómo la religión imprime una
dirección particular a todos los aspectos de la vida de
los creyentes y condiciona su hacer. A pesar de no tener comida
en buen estado, no matarían una vaca para servirse de ella
como alimento. Para los hindúes, los animales no son
criaturas inferiores al hombre, porque también poseen
almas. La religión crea concepciones del mundo lo
suficientemente poderosas para gravitar en todas las experiencias
simbólicas del fiel, en cualquier acto cultural, en este
caso, la apropiación de alimento.
Según Geertz, mediante el rito se genera una
convicción de que las concepciones sobre el orden
cósmico que sostiene una religión, son verdaderas.
Esto se produce porque los ritos provocan ciertos estados
anímicos y motivaciones muy fuertes que luego se extienden
a la vida cotidiana y al sentido común. Durante la
realización de rito, el fiel puede ver como ese modelo de
orden se materializa, lo está viviendo como una realidad.
Se acepta esa realidad porque se presenta con autoridad
suficiente, se impone a lo cotidiano porque le da un sentido que
lo completa.
Hacia el final de la película "Baraka", se
muestran diversos rituales, de culturas de todas partes del
mundo. En una escena aparece una multitud de musulmanes en su
peregrinación hacia la Kaaba. En árabe
significa "el cubo", y es el lugar sagrado más importante
del Islam. Se encuentra en la ciudad de la Meca, en Arabia
Saudita. Allí viajan miles de fieles cada año para
rezar. En la película se puede observar como la multitud
camina en torno al edificio principal. Están vestidos con
un hijab blanco, la túnica tradicional del Islam,
y rezan en posición de genuflexión, siempre mirando
hacia el templo sagrado. Para los musulmanes, es un ritual muy
importante, que debe realizarse al menos una vez en la vida. Ese
lugar representa el encuentro de lo divino con lo terrenal, es
donde mora su Dios.
En otra escena de la película que nos
llamó mucho la atención, se muestra, entre otros
cultos de tipo religioso, un grupo de hombres realizando la
danza kekac. Ésta es una de las danzas rituales
más populares en Bali, una isla de Indonesia. Consiste en
una coreografía multitudinaria en la que participan
más de cien hombres sentados en el piso, uniformados en la
vestimenta, con prendas a cuadros alrededor de la cintura y
flores rojas en la cabeza. Por lo general se organizan en forma
de círculo o semi círculo, en torno a un
líder que guía a los participantes, indicando los
cambios de dirección en el movimiento y de ritmo de canto.
Combinan movimientos de brazos y del torso con coros de forma tal
que componen una figura apreciable desde una altura considerable.
Los movimientos parecen imitar el de las ondas del mar o el latir
de un corazón. El canto es cadencioso y penetrante, todo
esto conforma un ritmo especial e hipnótico. Nos
transmiten la sensación de que entre esos hombres fluye la
energía y la vitalidad. Es sorprendente, desde las
valoraciones que tenemos como pertenecientes a la "cultura de
occidente", observar estas manifestaciones que parecen totalmente
desprovistas de racionalidad, pero que, sin embargo, están
cargadas de significados.
III
El arte es un espacio exclusivo del hombre. Así
como es la única especie que depende de símbolos
para darle un sentido y un cauce a su existencia, también
es la única que tiene un impulso por lo artístico.
El hecho de que sólo los seres humanos posean esta
motivación es comprensible retomando las ideas planteadas
en los apartados anteriores. El hombre es vulnerable a sus
propios esquemas; por un lado, es constituido como tal y su vida
adquiere sentidos por la acción de la cultura, pero al
mismo tiempo estas representaciones son condicionamientos de su
capacidad para enfrentar ciertas situaciones inextricables y
confusas que el mundo le impone. El hombre se siente
minúsculo cuando su capacidad se ve mermada, lo que se
debe a su condición de dependencia de la cultura. Es un
ser que se caracteriza por su fragilidad frente al
mundo.
El arte tiene un lugar realmente importante dentro de
esta problemática existencial. Al igual que la
religión, es una forma que el hombre tiene de sobrellevar
la dura tarea de existir. Brinda la posibilidad de materializar
el conjunto de ideas sobre el cosmos y así darles una
forma especial de realidad que las consolida. El hombre necesita
de todo lo que para él signifique seguridad.
Geertz afirma que el arte está estrechamente
relacionado con el contexto en el que se produce.
"… estudiar una forma de arte significa explorar
una sensibilidad, que una sensibilidad semejante es esencialmente
una formación colectiva y que los fundamentos de esa
formación son tan amplios y profundos como la experiencia
social…" (5)
Las técnicas, los procedimientos, los materiales,
las herramientas, la percepción y la representación
que se dan en un determinado momento tienen un sentido, responden
al momento cultural en el que está inserto el sujeto. Cada
elección para producir arte, es reflejo de la
visión que se tiene del mundo. El arte es una posibilidad
de significación para el hombre, porque materializa los
símbolos propios de la cultura en la que se
encuentra.
Geertz dice que la forma de abordaje del arte no debe
ser construyendo un conocimiento comparativo del mismo, es decir,
creando parámetros universales para estudiar y percibir
cualquier producto estético.
Una manifestación de arte que se muestra en
"Baraka" es el teatro kabuki. Previamente se ve a un
grupo de meretrices orientales. El director realiza una unidad de
sentido entre ambas escenas: la música continúa a
pesar del cambio de situación. El teatro kabuki es
originario de Japón. Surgió a partir de una danza
que difundía una oración budista. Luego se
introdujeron elementos de carácter profano, más
controversiales: los vestuarios que usaban las mujeres eran
provocativos, según la moral de la época, al igual
que las danzas. Era una manifestación artística
contestataria y escandalizante. En la película vemos a
tres mujeres que realizan movimientos muy prolijos y lentos, en
forma coordinada. Sus rostros están completamente
maquillados y visten kimonos de tonos claros.
El impulso estético está estrechamente
relacionado con la simbología particular de una cultura
específica. Lo que hace que algo tenga valor
estético para una cultura depende de una experiencia
simbólica local; el hombre adquiere la capacidad de
valorar y entender lo estético, a partir de vivir dentro
de un mundo cultural. Es lo que se llama ojo cultural.
La cultura determina lo que el hombre es capaz de visualizar en
el arte. La belleza es una noción construida en el seno de
una cultura específica. No es posible comprender una
perspectiva estética por medio del análisis
intraestético del arte, es decir atendiendo a la
relación armónica entre elementos puramente
"sintácticos" del arte, como el punto, la línea, el
plano, el color y el espacio.
Geertz señala que la forma de estudiar
antropológicamente al arte debe ser fundamentalmente
semiótica, debe estar en relación con lo que los
símbolos significan dentro de una cultura.
En resumen, en nuestro ensayo pudimos realizar un
abordaje a la problemática sobre la existencia humana que
se plantea en "Baraka", apoyándonos en la obra de Clifford
Geertz. Tomamos determinados ejes planteados en el filme: el
hombre en relación con la religión y el arte.
Además pudimos deducir que el creador de la
película plantea su concepción del hombre de modo
que acuerda con la teoría de Geertz.
El hombre puede hacer viable su existencia por medio de
los símbolos significativos que su cultura le proporciona.
Son ellos los que le permiten satisfacer sus necesidades, porque
le dan un ordenamiento a su vida que no tiene en su estructura
biológica. El hombre está muy determinado por su
cultura, esta estipula cuales serán sus valores, sus
capacidades, y lo que el hombre puede llegar a ser. No
sólo le otorga posibilidades, también lo
condiciona. La religión es una forma de ampliar su
horizonte de significados, hacia una esfera superior. Y el arte
es el modo por el cual el hombre expresa ese universo
simbólico y lo materializa para que esos símbolos
sean más duraderos. Todas estas consideraciones nos llevan
a concluir que existen tantas definiciones de hombre como
culturas.
Notas
(1) GEERTZ, C. La interpretación
de las culturas. Editorial Gedisa. Barcelona.
1997.
(2) Ídem. Página
50.
(3) Ídem. Página
51.
(4) Ídem. Página
89.
(5) Ídem. Página
122.
Autor:
Carolina Alarcón
Ana Laura Peralta
Córdoba, Argentina
Junio de 2008
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